Desde 2009, Alejandro Bonet ha recorrido 15.000 kilómetros con su coche eléctrico, su mejor alternativa para moverse por Madrid y, además, poner así su granito de arena para ayudar al medio ambiente. Cada noche lo enchufa en su casa, donde está pensando poner placas solares para ahorrar todavía más.
¿Cómo surgió la idea de comprarse un coche eléctrico?
Pensé en hacerme uno, porque, como soy físico, conozco muy bien las fórmulas mecánicas, pero la homologación era complicada. Considero que son el único sustituto posible para el coche de combustión y así pongo mi granito de arena por el medio ambiente.
¿Ha dejado de utilizar el coche de gasolina?
No, aunque el 80% de los kilómetros los hago con el eléctrico, pero a veces no llega la batería. La mía, la más barata el mercado, tiene capacidad para recorrer 60 kilómetros por carretera o 80 por ciudad a una velocidad de entre 70-80 km/h. Todavía es poco,aunque irán haciéndolas más capaces. Además, tiene limitador de velocidad a 90 km/h.
¿Siempre recargas el coche en tu domicilio?
Sí, casi siempre, aunque entre un grupo de amigos estamos elaborando un apa (www.alargdor.org) con una red de puntos de recarga de gente desinteresada que está dispuesta a dejar su enchufe.
¿Le ha dejado alguna vez tirado?
Sí, el mismo día que lo compré. El concesionario estaba más lejos de mi casa
de lo que pensaba en un principio y como además empecé a pisarle fuerte para
probarlo, pues no llegué al destino. A 10 kilómetros de mi casa le tuve que pedir a un señor un alargador para poder cargarlo. Me miró como si fuera un marciano, pero me dejó.
Relación calidad-precio, ¿merece la pena la compra de un coche eléctrico?
Sí, claro, me costó 10.000 euros, ya que aún no había subvenciones. Lo he llevado a dos revisiones, cada 6.000 kilómetros, y ahora le tengo que cambiar la batería. Me va a costar 1.000 euros.