Me preocupa la constante introducción en la prensa de noticias relacionadas con el nacimiento en cautividad de nuevos linces en Doñana, aireadas a los cuatro vientos como para decir algo así "¿veis que no se extinguen, so tontos, veis?".


Sin embargo, es alarmante la despreocupación que siguen demostrando año tras año los gobiernos central y andaluz con las contínuas muertes de linces salvajes, prácticamente linchados año tras año por los coches que atraviesan con toda tranquilidad el último paraíso europeo.


A los lumbreras medioambientales que ocupan cargos públicos en gobierno y Junta (con sueldazos que pagamos todos), no se les ocurren mejores opciones, ante las denuncias de Greenpeace, Adena y la UE, que colocar más "cartelitos" para que se aminore la velocidad, y extender el vallado metálico por alguna carretera mas.


Triste.


Triste.


Muy triste.


Esa inteligencia es la que pagamos entre todos...


...así se ganan que se les suba cada año el sueldo por encima del IPC.


Las únicas soluciones, mil veces gritadas desde todos los frentes, para salvar a los linces, pasan por:


- desmantelar las carreteras forestales que atraviesan Doñana y que son cada día más usadas para acceder como rutas alternativas a las playas. Alguno de estos caminos forestales han sido, encima, y con dinero de la Junta, ampliados, reasfaltados y convertidos en carretera, como la de Villamanrique a El Rocío.


- construir más pasos para la fauna bajo la carretera Almonte-Matalascañas, sin importar que las obras causen retenciones y aparezcan por ello en la prensa.


- permitir la vida salvaje de los linces del parque, sin imponerles collares con gps que al brillar con el sol espantan a sus presas y llevan a los linces a morir de hambre.


- favorecer la cría en cautividad como se hace actualmente, pero lejos de hacerlo para abrir telediarios con la noticia, lo que hay que hacer es reintroducirlos una vez estén preparados y garantizarles un hábitat sin coches y sin furtivos.


- crear una guardia especial de protección única y exclusiva para Doñana, dado que la Guardia Civil y el Seprona, con sus huelgas y las amenazas de mafias organizadoras de "safaris", han demostrado ser incapaces de garantizar la seguridad del parque. Los furtivos y los "romeros" campean a sus anchas por él.


¿Será posible que algún alto cargo político-medioambiental tenga en mente algún día todas estas premisas?